El grito de Munch: angustia, simbolismo y legado
«El grito», la obra más célebre del pintor noruego Edvard Munch, ha trascendido el tiempo como un símbolo universal de la angustia humana. Este cuadro, nacido a finales del siglo XIX, captura el vértigo existencial y la ansiedad del individuo moderno a través de una imagen impactante, llena de simbolismo, emoción y color distorsionado. Analizamos su origen, su contexto y el legado que ha dejado tanto en la historia del arte como en la cultura popular.

Historia del cuadro
En 1892, durante un paseo al atardecer cerca del fiordo de Oslo, Edvard Munch vivió una experiencia que marcaría su carrera artística. Según relató en su diario, sintió un “gran grito que atravesaba la naturaleza”, una experiencia emocional intensa que se transformaría, meses más tarde, en el boceto de lo que sería “El grito”. Este momento de desasosiego se volvió el núcleo de una imagen profundamente expresiva: una figura andrógina, atrapada en un paisaje vibrante y distorsionado, con el rostro paralizado por el terror existencial.
La obra fue pintada por primera vez en 1893, como parte de su serie El friso de la vida, un conjunto de trabajos que exploran emociones fundamentales como el amor, el miedo, la muerte y la ansiedad. Munch no pretendía representar una escena literal ni un retrato psicológico, sino plasmar un estado del alma. En lugar de un realismo tradicional, optó por colores intensos y formas curvas que acentúan la sensación de inestabilidad emocional.
Hay otras versiones de la obra
“El grito” no es una sola pintura: existen al menos cuatro versiones oficiales (dos al óleo, dos al pastel) realizadas entre 1893 y 1910, además de una serie de litografías que el propio Munch utilizó para difundir su obra. Cada versión presenta variaciones en el uso del color y la técnica, pero todas conservan la fuerza visual del personaje central y el cielo encendido que lo rodea. El paisaje de fondo se basa en la vista desde el camino de Ekeberg, en Oslo, lugar donde Munch experimentó aquella epifanía emocional.
Su impacto en el mundo artístico
El impacto de la obra fue inmediato y controversial. En su primera exhibición, muchos la consideraron perturbadora; algunos críticos incluso afirmaron que no debía ser mostrada a mujeres embarazadas. Munch, consciente del revuelo, escribió con ironía sobre la locura y la incomprensión que rodeaban su arte. De hecho, en 2021 se confirmó que la inscripción en el marco de una de las versiones («Sólo pudo haber sido pintado por un loco») fue hecha por el propio artista, como una respuesta directa a sus detractores.
A lo largo del siglo XX, “El grito” fue adoptado como símbolo del malestar moderno. Fue apropiado por movimientos expresionistas, citado en la cultura popular, y convertido en un ícono reconocible a nivel global. Su legado no se limita al museo: se extiende al cine, la publicidad, el arte contemporáneo y el imaginario colectivo. La angustia que representa sigue tan vigente hoy como hace más de 130 años.
Breve contexto sobre el autor

Edvard Munch fue un pintor noruego nacido en 1863, reconocido como precursor del expresionismo. Su vida estuvo marcada por la enfermedad y la muerte de sus seres cercanos, lo que influyó profundamente en su arte. A través de obras como El grito, Munch exploró emociones intensas como la ansiedad, el miedo y la soledad. Su estilo único, cargado de simbolismo y fuerza emocional, lo convirtió en una figura clave en la evolución del arte moderno.
Características de la obra
Desde su primera aparición en 1893, El grito se ha convertido en una de las obras más reconocibles del arte moderno. Su fuerza visual no sólo reside en la figura central, sino en un conjunto de elementos formales y simbólicos que rompen con los cánones tradicionales de la pintura académica. A continuación, analizamos las características esenciales que hacen de esta obra un ícono del arte expresionista y del simbolismo psicológico.
- Figura central andrógina: Representa una forma humana genérica, sin género ni identidad, símbolo universal de la angustia.
- Composición dinámica: Líneas curvas en el fondo y el cielo que transmiten movimiento, tensión y desestabilización emocional.
- Colores expresivos: Paleta vibrante con cielos rojos, naranjas y amarillos que contrastan con tonos fríos del personaje.
- Perspectiva distorsionada: Espacio deformado para reflejar un estado mental alterado, no una realidad objetiva.
- Técnica mixta: Uso de óleo, pastel, témpera y cartón, con pinceladas sueltas y gestuales que priorizan la emoción.
- Ambiente simbólico: El paisaje y los elementos no son decorativos, sino representaciones del mundo interior del artista.
- Aislamiento del sujeto: La figura está sola en el centro, reforzando el tema del aislamiento y el grito interior.
- Fondo urbano y natural: Inspirado en la vista de Ekeberg desde Oslo, mezcla naturaleza, ciudad y emoción interna.
Preguntas frecuentes sobre El Grito
❓ ¿Qué representa la figura central de “El Grito”?
La figura no es una identidad específica: es un símbolo andrógino de angustia urbana e interna, un reflejo del pánico y la ansiedad universales.
❓ ¿Por qué los colores están tan distorsionados?
Munch utilizó colores intensos y contornos ondulantes para evocar un estado mental: el rojo y amarillo del cielo reflejan tensión emocional, no un paisaje realista.
❓ ¿Es cierto que “El Grito” fue robado?
Sí. En 1994 la versión de 1893 fue sustraída de la Galería Nacional de Oslo y recuperada en 3 meses. En 2004, otra versión fue robada del Museo Munch y recuperada en 2006.
Mitos y realidades

A lo largo de los años, El grito de Edvard Munch ha sido objeto de múltiples interpretaciones, rumores e incluso teorías falsas que han distorsionado su verdadero significado. Separar la leyenda de la realidad es clave para entender la profundidad de esta obra. A continuación, desmentimos algunos de los mitos más comunes y aclaramos los hechos que rodean esta icónica pintura:
❌Mito 1: «Munch sufría una enfermedad mental grave»
✅Realidad: Aunque vivió ansiedades y depresiones, no padecía psicosis crónica; la inscripción “pintado por un loco” fue una respuesta irónica a críticas externas.
❌Mito 2: «El puente es puramente real»
✅Realidad: Es una mezcla. Puede ser el puente de Oslo-Ekeberg donde Munch lo vivió, o una metáfora del umbral entre realidad y angustia interna.
❌Mito 3: «Munch pintó una sola versión»
✅Realidad: Son cuatro versiones pictóricas y varias litografías, cada una con variaciones de color, técnica y detalles expresivos.
Conclusiones
“El Grito” es un monumento artístico a la experiencia emocional humana. Desde 1893 ha desafiado las normas artísticas, precursando el expresionismo y cimentando la importancia de reflejar lo subjetivo en el arte. Su impacto persiste: inspirando, perturbando y conectando con nuevas generaciones. Gracias a que está en dominio público, puede expresar su legado y ser estudiado, interpretado y reinterpretado. Para estudiantes de arte, es un maestro en simbolismo, técnica emocional y comunicación visual. ¡Es una parada obligatoria en el estudio del arte moderno!
Fuentes
Despliega este texto para ver las fuentes de referencia para este artículo.
- Museo Munch de Oslo. The Scream. https://www.munchmuseet.no
- Wikimedia Commons. “The Scream by Edvard Munch”. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Edvard_Munch_-_The_Scream_-_Google_Art_Project.jpg
- Wikipedia en español. “El grito (Munch)”. https://es.wikipedia.org/wiki/El_grito
- IFEMA Madrid. “Secretos y curiosidades del cuadro ‘El grito’ de Munch”. https://www.ifema.es/noticias/arte/secretos-curiosidades-cuadro-el-grito-de-munch
- Diario AS. “El mensaje oculto en ‘El grito’ de Munch fue escrito por el propio artista”. https://as.com/diarioas/2021/02/23/actualidad/1614077468_060564.html
- Artmajeur Magazine. “El grito: historia y análisis”. https://www.artmajeur.com/es/magazine/5-historia-del-arte/el-grito/333022
- Britannica.com. “Edvard Munch – Biography & Facts”. https://www.britannica.com/biography/Edvard-Munch